Hoy llega a su fin la historia del penal de Topo Chico, en Nuevo León, que fue escenario enfrentamientos, motines, fugas y sobrepoblación.
El centro carcelario estuvo en funciones 76 años y será demolido para construir un centro recreativo.
Los internos fueron reubicados en los penales de Apodaca y Cadereyta, así como en los de otros estados y en prisiones federales.